Hasta finales de 2012 solamente se debían pagar impuestos por aquellos premios obtenidos en efectivo o en especies como un piso o un coche otorgado por cualquier medio de comunicación o cualquier empresa como es el caso del sueldo Nescafé. Desde 2013 también entraron en el conjunto de los premios que debían pagar impuestos los premios otorgados por la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado como el Gordo, el Niño, la Bonoloto, la Quiniela, etc., además de otras loterías como la ONCE, los sorteos organizados por organismos y entidades de comunidades autónomas como la Lotería de Catalunya o los sorteos organizados por entidades sin ánimo de lucro como el Sorteo de Oro de la Cruz Roja. Es decir, hoy día casi cualquier sorteo del que puedas conseguir un premio estará sujeto a alguna tributación.